miércoles, 30 de abril de 2014

Hefner, "Love will destroy us in the end"


Nos sentimos tan vacíos/ y nuestros veintitantos/ deberían ser tiempos mejores

Un miércoles nublado se merece temas así. Y así, justamente, es como empieza el Música Cretina de esta semana, que aún está casi sin usar, como nuevo, nunca taxi. Con este tema de Hefner, una banda que leo en All Music Guide que fueron recibidos en Estados Unidos como los Violent Femmes británicos. Nunca se me había ocurrido esa comparación, y la verdad que les calza perfecto. No sólo por ese sonido despojado y entusiasta, sino por el sufrimiento virtuoso de Darren Hayman en las letras, a la altura de Gordon Gano. Los Hefner son conocidos por dos cosas: uno, por sus emocionantes himnos a las mujeres bellas, al cigarrillo, al alcohol. Y dos, por su pedido de fiesta para cuando Thatcher muera. Morrissey venía pidiendo lo mismo, y no se escondió cuando finalmente llegó el momento. No tuve noticias de Hayman, pero está claro que hace tiempo que nadie recuerda muy bien quién es o qué hace. Sigue sacando discos, hasta donde se. Pero por ahora sólo los de Hefner merecen sacarlo del olvido. Este tema es del primer disco del grupo, editado en 1998, cuyo título está a la altura de su ingenio: Breaking God’s heart. O sea: Rompiéndole el corazón a Dios. Porque, claro, el amor nos destruirá, al final.

martes, 29 de abril de 2014

Freddy Johnston, "The mortician's daughter"


Solía estar enamorado/ de la hija del embalsamador/ Dibujábamos nuestros corazones/ sobre las polvorientas tapas de los ataúdes

Nada mejor para el mediodía de un martes nublado que una canción olvidada de un tal Freddy Johnston. Ah, solíamos quererlo tanto al buen Freddy. Apareció casi de la nada, en la primera mitad de los 90. Se gastó la guita de la venta de parte de la granja de sus padres para grabar Can you fly, su segundo disco, con el que pegó el salto. De grabar para la indie Bar/None pasó a Warner, y a partir de entonces, sí, disfrutó de su momento. No fue un gran momento, pero fue un momento al fin. Y nos puso contentos: uno de nuestros elegidos había dejado de ser conocido sólo por nosotros. Esos pequeños campeones personales son responsables de extrañas particularidades en mi discoteca: me doy cuenta ahora que, por ir siguiéndole el camino, acumulé más discos de este Johnston que de Daniel y Robert juntos. Una injusticia, sin dudas. Su “momento” le duró apenas un par de discos a Freddy, y como muchos de aquellos héroes –incluso algunos con “momentos” más importantes—su figura se fue desvaneciendo en la distancia. Según me informa wikipedia, su último disco fue uno hecho en colaboración con otros cantautores, titulado Al menos nos tenemos el uno al otro. Creo que con eso alcanza para definir su actual, ejem, momento. Pero eso no anula las buenas canciones que fue acumulando Freddy disco a disco. Por ejemplo este hermoso tema, casi un cuento corto, incluido en el álbum con el que comenzó todo. Esa noche largamente olvidada/ aquí estoy otra vez, canta quien amó a la hija del embalsamador. Y agrega: Su padre está de pie ante la puerta abierta/ está esperando por ella. Solíamos estar enamorados de Freddy Johnston. Puede estar olvidado y su carrera embalsamada para siempre, pero sus canciones, como los recuerdos, están ahí, listas para revivir cada vez que ponemos play. Como parte del Lado A del último Música Cretina, por ejemplo. O en este mediodía nublado de martes. 

lunes, 28 de abril de 2014

Wilko Johnson & Roger Daltrey, "I keep it to myself"


Un día cuando estés sola/ y necesites un poco de ayuda/ vas a necesitar mi amor/ y yo me lo voy a quedar

Buenos días lunes, buenos días semana, buenos días Cretinos. Hay un nuevo Música Cretina y, por ejemplo, el Lado B comienza como debería empezar el día. Con un tema de ese flamante milagro hecho disco, en el que Wilko Johnson rockea nada menos que con Roger Daltrey. ¡Larga vida al rock’n’roll! Y a Wilko, por supuesto. No somos dignos. 

jueves, 24 de abril de 2014

Niquel, "Quizás hacia el norte" (Dino)


Ya caminé hasta donde pude/ Llevando pesados recuerdos/ Sobre mí

Ya sé, ya sé. Presentar a Dino poniendo un cover de Níquel debe sonar a casi una herejía para mis amigos del otro lado del charco. Pero, uno, no encontré a Dino en YouTube haciendo este temazo, que cierra el Música Cretina de esta semana. Y dos, yo conocí este tema también gracias a Níquel, así fue cómo lo escuché por primera vez y quedé prendado, y aún hoy agradezco a Nasser el disco De memoria, con el que le dijo ‘yo vengo de acá’, mojándole la oreja al rock uruguayo de los 80, que supongo que lo ninguneaba. Y tengo que confesar que, a pesar de sus manierismos al cantar, me sigue gustando esta versión, tecladitos y todo. Es más: hace poco volví a poner Gargoland, y ese volumen uno la verdad que sigue siendo un discazo, de hecho creo que hay una línea directa entre temas como Nancy y Sid y De ellos dos, del Mandrake. Y por supuesto, también de Nasser hacia atrás. La verdad que para el joven curioso  por el rock uruguayo que supe ser a fines de los 80, De memoria sirvió como hilo de Ariadna para llegar a ese mundo, para el que era casi imposible encontrar pistas. Me acuerdo que por aquella época, a Nasser en Buenos Aires los amigos le decían Nasser el malo. Porque el bueno era otro Nasser que andaba por la vuelta, que era un pan de Dios. Jorge andaba por acá, escribía en la Expreso, se juntaba con gente como Rosso y Kleiman. De hecho, fueron aquellos contactos los que le permitieron invitar a Skay para el Gargoland dos, y esa fue la puerta para que algún curioso –recuerden, por entonces aún los Redondos eran los mimados por el periodismo rockero, no un fenómeno de masas—prestase atención por primera vez al rock que venía del otro lado del charco. En el no-programa, eso sí, lo que suena es la versión del tema que hizo Dino para el disco que le produjo Jaime Roos, donde su voz suena mejor que nunca, como un Roy Orbison oriental. Voy a dejar que el sol caliente/ mi piel. Pasen y soléense tranquilos. 

miércoles, 23 de abril de 2014

Foxygen, "Oh yeah"


Tengo las películas y la discoteca dentro de mi mente/ todo el tiempo, toda la noche

Son dos. Uno canta, se llama Sam France. El otro toca todo lo demás, se llama Jonathan Rado. Son de California, y son –como lo anuncia el título de su segundo álbum—los embajadores de la paz y la magia del siglo veintiuno. Salió tan al comienzo del año pasado, que muchas listas se lo olvidaron, pero fue uno de los discos del 2013, sin dudas. Podés cambiar de idea/ si eso te hace sentir bien, arrancan cantando en este Oh yeah, un tema que brilla con luz especial --ah, ese falsetto... ¡y el pianito!-- en su estribillo tan Stone ochentas, tan Tattoo You. Y tan de miércoles fresquito y con sol, por qué no. ¿Cómo es que me hiciste quedar como un tonto/ cuando sabes que no es como yo soy?, se pregunta Sam, que con Jonathan abre el Lado B del último Musica Cretina. Pasen y escuchen...

martes, 22 de abril de 2014

John Cale, "Dirty ass rock'n'roll"


Es demasiado temprano/ y los ojos te están sangrando/ de la viciosa botella/ de la noche anterior

Algo así es lo que me estaba haciendo falta para empezar este martes algo fresquete. Aún cuando hace tiempo que haya comenzado. Un rock n roll de culo sucio, sí señor. Una frase que así en castellano, tiempo atrás, encajaba muy bien los temas del primer disco de los Redondos. Claro que el tiempo ha pasado, y acá el señorazo Cale luce muy bien entrazado, de campera negra, camisa blanca, con ese pelo rosado (!) y perita tan arreglada. ¡Y esos caños! El culo sucio de ese rock'n'roll que no se puede negar que Cale supo oler muy bien tiene más sentido en el original, de su disco Slow Dazzle, en las épocas de la máscara de hockey a lo Halloween, los pollos descabezados a mordisco limpio –otra que Ozzy—y el llamado a los mercenarios para terminar de una vez con el mundo que conocemos a balazo limpio. Un panorama que, paradojicamente, Cale fue construyendo durante su estancia en la soleada California. Claro que en su caso era bien nevada, como lo confiesa en su admirable autobiografía, What’s Welsh for Zen. Además, en la versión original, lo que más suena es la guitarra mugrienta de Chris Spedding, y eso sí que es rock n roll. Y es la que se escucha en el Lado A del último Música Cretina. ¡Dénse una vuelta! Están todos invitados...

lunes, 21 de abril de 2014

Música Cretina 2014 #7

ESTO NO ES UN PROGRAMA

15-4-2014

Lado A

“Devuélveme mis cosas/ otra vez”

1.- Robyn Hitchcock, For Debbie Reynolds
2.- Max Capote c/Sie7e, Sin mentirte
3.- John Cale, Dirty ass rock’n’roll
4.- Brigitte Fontaine, Crazy horse
5.- Adrián Paoletti, Soy yo por ahora
6.- Eels, Mistakes of my youth
7.- Panamericana, Manha (Sumo)

Lado B

“Si realmente pasó/ no puedo recordar”

8.- Foxygen, Oh yeah
9.- Los Cayos, Un día menos
10.- Bob Dylan, Workin’ on a guru
11.- BB King, Ain’t nobody home
12.- Melingo, Agüita de Javel
13.- Johnny Cash, She used to love me a lot
14.- Dino, Quizás hacia el norte

domingo, 20 de abril de 2014

Max Capote c/Sie7e, "Sin mentirte"


Hace un tiempo que partí/ Sin saber adónde ir/ Y aquí estoy/ Tan feliz

Conocí a Max Capote una larga noche montevideana de años atrás, arrastrado a algún antro por el Peve, y creo que esa misma noche me presentaron a Gustavo Verdesio. Así que se podría decir que fue una noche sin desperdicio. Con nombre de detective privado, o dibujo animado, Capote es Fabián Acosta, el Phil Spector del Cerrito de la Victoria, que encontró su nombre –como no podía ser de otra manera-- en una olvidada película mala, 8 mm, protagonizada por Nicholas Cage. “Hay un personaje ahí que toca en una banda llamada Max California, trabaja en un porno shop, y lee novelas de Truman Capote escondidas dentro de revistas porno”, me contó alguna vez Max para una nota en la que lo presenté en Radar. “Y me gustó porque hace justo lo contrario de lo que haría todo el mundo, que es esconder revistas porno dentro de un libro. Así que, de la cruza entre Max California y Truman Capote, quedó Max Capote.” Después de intentar con bandas sin suerte, Acosta se encerró a producir temas en su estudio del Cerrito, sin ningún prejuicio: toda clase de grupos, solistas y estilos pasaron por ahí. Fue Dani Umpi el que lo devolvió a los escenarios, y los Astroboy --¿se acuerdan?—su primer grupo de acompañamiento. Lo volví a ver en Buenos Aires, años después, y en su banda, vestido de uniforme, como una suerte de Angus Young rioplatense, se podía disfrutar de Leroy Machado. A pesar de ser un chiste kistch desde el comienzo, componiendo un personaje de eternos anteojos negros y vaso de whisky en la mano, también desde el comienzo Max Capote tuvo grandes canciones en su repertorio. Temas de dos minutos, deformidades que vampirizaban otros estilos, bubblegum con picante, la gilette en el tobogán. Con el tiempo, y los discos, el picante y la gilette fueron apareciendo menos, pero esas pequeñas máquinas del tiempo disfrazadas de temas, con sonido de clásicos pero nuevos, siguieron ahí. Esta novedad sirve como la mejor  muestra de lo que les cuento. Lo acompaña el puertorriqueño Sie7e, y es un adelanto del inminente Aperitivo de Moda, su demorado tercer disco, después del extraordinario Grandes éxitos (2005), y ese difícil segundo disco que fue Chicle (2008), cuya edición original venía como en una absurda caja de pochoclo. A pesar de que cierto guiño cómplice parece haberse perdido, la boa de plumas al cuello en la foto de tapa es algo que promete. Habrá que ver. Mientras tanto, la guitarra slide de Sin mentirte alcanza para hacer correr hacia atrás las agujas del reloj durante cualquier mediodía de domingo, con o sin sol. Y con muy buen gusto prácticamente abre el Lado A del último Música Cretina. Acá te vamos a esperar/ seguí el camino de tu luz. ¡Pasen y escuchen! 

sábado, 19 de abril de 2014

Johnny Cash, "She used to love me a lot"


Me senté a su lado y sonreí/ Me dijo: dónde estuviste, pasó tanto tiempo/ Estaba contenta de verme/ Casi podía leer sus pensamientos/ Ella solía quererme un montón

El nuevo disco de Johnny Cash se llama Out among the stars, y en la tapa aparece de negro, con la guitarra en bandolera, parado en medio de un campo, con un corte de pelo polémico, estilo Príncipe Valiente. Aunque la estética se acerca a la de las portadas de su época Rubin, el disco recupera en realidad canciones inéditas de una época oscura, la de comienzos de los 80. Recopilados por sus hijos, son temas de sesiones de grabación archivadas entonces, fallidos intentos de armar un disco que complaciese a una Columbia que se lo quería sacar de encima, porque su carrera profesional parecía acabada. Leo por ahí que las canciones reunidas en Out among the stars parecen confirmar aquel momento de Cash, pero la que destaca claramente del lote justifica plenamente el disco. Es esta historia sobre un reencuentro que no fue, prácticamente un encantador cuento corto, grabado de manera despojada y profunda, que anticipaba entonces, desde esa cinta olvidada durante tanto tiempo en un estante, lo que sería la última época de gracia del Hombre de Negro, la de justamente Rick Rubin. Además de que suena perfecto para escucharla al sol en un sábado de sol otoñal, She used to love me a lot aparece casi al final del Lado B del nuevo Música Cretina, ideal para escuchar durante un fin de semana largo. ¡Pasen y sírvanse! Están todos invitados. 

miércoles, 16 de abril de 2014

B. B. King, "Ain't nobody home" (J. Ragovoy)


Hubo una vez/ Mucho, mucho tiempo atrás/ Que donde quiera que me guiaras/ Yo seguramente te seguiría

De pie, señores, que llegó B. B. King. Antes, mucho antes que el viejo la rompiese en Buenos Aires, y se convirtiese casi un artista local por estos pagos, el disco que funcionó para mí como puerta de ingreso a su música fue el que grabó en Londres, con toda la escena británica pasando a rendirle homenaje. Estamos hablando de 1971, pero yo lo pesqué mucho después, claro. Pero lo que más me gusta del disco creo que son las fotos: la de portada, con B. B. pasando frente al 10 de Downing Street. Y especialmente la de contratapa, con Lucille en su estuche, apoyada al lado del cartel de Abbey Road. En esta hermosa versión de Ain’t nobody home –dedicada a una mujer que se fue tiempo atrás, y cuando vuelve el coro le dice: no hay nadie en casa—tocan Bobby Keys, Klaus Voorman, Jim Keltner y siguen las firmas. Y también toca, sorpresa de sorpresas, un tal Dr. Ragovoy, que es el autor del tema, llamado Jerry. Wikipedia me dice, y no dejo de asombrarme, que es el autor también de temas como el Time is on my side de los Stones (bajo el seudónimo de Norman Meade) y co autor del Cry Baby de Janis Joplin. Creo que esto es lo que más me gusta de compartir estos temas. La excusa para ponerme a googlear y seguir descubriendo cosas. Ahora que B. B. se está retirando de los escenarios –parece que sufrió la gran Chuck Berry la semana pasada, y se lo tuvieron que llevar de escena—es hora de decir que no hay nadie en casa. Pero, por suerte, el tocadiscos no se va a ningún lado. Y en él suena musiquita bien cretina, bajo el sol de un mediodía de miércoles. Como este tema, que engalana el Lado B de un nuevo, flamante, recién estrenado, nunca taxi, no-programa. Pasen y escuchen. 

martes, 15 de abril de 2014

Eels, "Mistakes of my youth"


Espero que no sea mi destino/ seguir engañándome a mí mismo/ y seguir repitiendo el ayer

Alguna vez, cuando charlábamos sobre Honestidad Brutal, Andres Calamaro me dijo que las canciones lo saben todo antes que uno. No sé si Música Cretina sabe las cosas antes que yo, pero no era precisamente mi idea que este tema, el primer adelanto del nuevo disco del amigo Mark Everett, terminase funcionando como prólogo, por apenas unos minutos, de mi cumpleaños. No puedo seguir repitiendo/ los errores de mi juventud, canta E, y la verdad que no me siento aludido, pero igual. Nunca pensé que iba a cumplir 47 años. Pero... ¿quién piensa en semejante número? Para simplificar, ya estoy anotando 50 en la pizarra, y ese sí que realmente es un número que nunca me imaginé. Pero acá estamos. Y funcionando. Brindo por eso. En serio. En la oscuridad de la noche, puedo/ ser capaz de permitirme pensar que/ todavía soy un hombre joven. Aunque mas no sea por eso, al menos, sean bienvenidos todos a un nuevo no-programa. Unos minutos antes que esto deje de ser un feliz no-cumpleaños.

jueves, 10 de abril de 2014

The Raveonettes, "The end" (The Doors)


Podés imaginarte lo que podría ser/ tan libres y sin límites/ desesperadamente necesitados de la mano de algún extraño/ en una tierra desesperada

Los Raveonettes son un dúo sueco, una suerte de versión presentable de los hermanitos Reid. Si los Jesus & Mary Chain jugaban a ser la gilette del acople en el tobogán del bubblegum, Wagner y Foo son, no sé, apenas una pluma. Pero igual garpan. Esta novedad es una versión que hicieron de aquella oda a las tierras indómitas, físicas y mentales, que originalmente presentaron en este mundo Jim Morrison y sus muchachos. Recuerdo haberla escuchado más de una vez a oscuras en mi cuarto de aquel departamento familiar en un noveno piso de una torre de Villa Martelli, mientras las ruedas de los autos sobre el asfalto de la vecina General Paz eran el único sonido ambiente. Lo más cercano a una experiencia drogota en mi adolescencia. Sin drogas, claro. Podría decir que la culpa la tuvo Alfredo Rosso, con aquellas notas sobre Morrison en la Cerdos. Pero no. Ahí estaba yo, cargando con mi libro de letras de la editorial Espiral, aún creyendo que Morrison era un poeta. Los suequitos, mientras tanto, no van tan lejos. Si Palo resumió en El rosario en el muro el momento más climático de The End con aquel Madre, quiero tu sexo, los Raveonettes lo dejan afuera de su versión. Simplifican, lo que también puede ser una forma de poesía. “Estamos orgullosos de presentar nuestra versión del clásico de los Doors”, escribieron en su muro. “Quisimos hacer esta canción en particular porque ha sido una tremenda inspiración para mucha de nuestra música. Este es un homenaje a los Doors y en particular a Jim Morrison y Ray Manzarek, que lamentablemente ya no están con nosotros”. El tema está incluido en un homenaje a los Doors –A psych tribute-- recopilado por el sello Cleopatra, que incluye también a Clinic y The Black Angels, entre otros. Me gusta, eh. Es una versión sin ninguna grandilocuencia. Eso que nos abochorna de nuestra adolescencia, despojado del exceso, pero aún así manteniendo su esencia. Este es el fin, hermoso amigo. De nuestros planes elaborados, el fin. De todo lo que permanece en pie, el fin. Claro que sí. Se llama el fin de la infancia. Y sucedió hace tiempo. Pero qué bueno poder recordarlo, sin tener que pasar por eso otra vez. Gracias Sun Rose Wagner y Sharin Foo. Larga vida a los Raveonettes. La banda de sonido ideal para un jueves soleado, y de paro. El final perfecto para el Música Cretina de esta semana.  

miércoles, 9 de abril de 2014

Howe Gelb, "Triangulate"


Triangular/ entre nosotros tres/ del amor hacia el odio/ no nos liberó, exactamente

Cuando Robyn Hitchcock pasó por acá, la última noche contó que al día siguiente viajaba a Tucson, a encontrarse con Howe Gelb. No pude evitarlo y le pedí que le mandase un saludo, que le sigo la pista desde que descubrí en el viejo Tower porteño un disco de Giant Sand con Juliana Hatfield como invitada. Me dijo que le iba a decir que tenía un fan en Argentina, que eso lo iba a poner contento. Y que teníamos que invitarlo a venir. ¡Por favor que alguien lo traiga! Por mas que tienen su onda, los Calexico siempre me parecieron la versión maquillada de algo que inventó Gelb, y lleva adelante ya sea con Giant Sand –de ahí salieron John Convertino y Joey Burns, al fin y al cabo—o como solista. Su último disco la rompe, y no me canso de escucharlo. De ahí sale este encantador Triangulate, que suena tan bien en el Lado B del último Música Cretina. Y en este miércoles soleado al fin.

lunes, 7 de abril de 2014

Tanto y tan poco

"Me encuentro con David Bowie para desayunar en un discreto restaurante al pie de las colinas de Hollywood. Parados ante el buffet con nuestros platos vacíos, David merodea sobre algo terroríficamente llamado 'cortes fríos'. Me pongo detrás suyo.
“David, no estarás realmente pensando en comer eso, ¿no es cierto?”
Puesto en evidencia, escupe: “Oh, debe ser un INFIERNO vivir con vos”
“Si, lo es”, digo con orgullo, mientras David cambia su curso y se desvía hacia la ensalada de fruta, y otra alma es salvada del fuego de una auto-impuesta condena eterna.
En voz baja, David me dice: “¿Sabés?, tuve tanto sexo y drogas que no puedo creer que aún sigo vivo”, y yo sonoramente le cuento: “¿Sabés?, yo tuve TAN POCO sexo y drogas que no puedo creer que aún sigo vivo”

Morrissey, "Autobiography" (p. 245)

Mark J. Mulcahy, "Let the fireflies fly away"


¡Mozo!/ hay una rana en mi...

Arranca el lunes, arranca la semana, sí, pero el día no quiere arrancar. Para eso, por suerte, tenemos al gran Mark J. Mulcahy, que –como escribí el día que posteé la lista de temas de este no-programa—a esta altura ya es un clásico cretino. Ya sé, ya sé... ¿quién es este Mulcahy? Esta es su tercer aparición en Música Cretina, suena casi al final de Lado B, nada menos que entre Florencia Ruiz y Ariel Minimal y Legiao Urbana. Pero lo vuelvo a presentar, porque se lo merece. Lo conocí cuando tipos como Thom Yorke, Frank Black, Michael Stipe y muchos más se reunieron para hacer el tributo Ciao my shining star cuando de pronto murió su mujer, y Mark decidió retirarse del rock para dedicarse a cuidar a sus pequeñas hijas. En su libro 31 canciones, Nick Hornby celebra haber descubierto su tema Hey self defeater. Esta maravilla de canción --que arranca con un increíble llamado al mozo, quejándose de que hay una rana en su vaya a saber qué—cuenta una revolución en un zoológico, está cantada como los dioses y es irresistible. Como sucede con todos los temas de su maravilloso disco de regreso Dear Mark J. Mulcahy, I love you (un título inspirado por una carta de una admiradora), que a esta altura incluyo entre los mejores del año pasado. Este fin de semana llegó a mis manos en su formato físico (si, ya lo tenía bajado, y qué), y con Ana no podemos dejar de escucharlo una y otra vez. Mark J. Mulcahy, en este hogar te amamos. Abran el frasco y dejen que las luciérnagas se escapen. Y que el lunes se escape también, qué joder.  

domingo, 6 de abril de 2014

Indio Solari, "Amok! Amok!"


Los gusanos siguen siendo fieles/ a toda la carne que se muere

Tengo que confesar que hace tiempo que venía cruzado con el Indio. Saltaba a defenderlo, sí, ante los que escondían su desprecio de clase y/o pretensión de superioridad intelectual en chistes fáciles contra él y los Redondos. Pero en mi fuero íntimo sentía como que lo había perdido, se había escondido en su pueblo privado, en el evento masivo inconducente. Pero cuando salió Pajaritos tuve que escribir, y me obligué –como al perro que mea donde no corresponde—a restregar mi hocico en todo eso que me había olvidado. Repasé los últimos discos de los Redondos, así como su carrera solista, y volví al redil. Entusiasta, después de una semana de Amok! Amok! en repeat, pensando que seguramente así sonaría Oktubre si se grabase hoy, lo separé para el Música Cretina, y nada casualmente se tomó su tiempo para encontrar un lugar y recién terminó abriendo el Lado B del no-programa de esta semana. Nada casualmente porque, en un fin de semana en que la política vuelve a correr al un-dos de los gimnastas de la mano dura clasista, de pronto multiplicó su sentido. Sean bienvenidos todos/ al show de la linda fe sonriente. Ah, Solari, que lindo volverte a escuchar, y a cerrar el puño con la música. Y feliz domingo para todos.  

sábado, 5 de abril de 2014

Música Cretina 2014 #6

ESTO NO ES UN PROGRAMA

30-3-2014

Lado A

Mi casa rota detrás/ y cosas buenas por delante

1.- Elíades Ochoa, All along the watchtower (Bob Dylan)
2.- The Mountain Goats, This year
3.- Suzanne Vega, I never wear white
4.- Richard Coleman, Caja de fotos
5.- Nick Cave and The Bad Seeds, Mermaids
6.- Peter Hammill/Gary Lucas, Spinning coins
7.- Los Mustang, La carta (The Box Tops)

Lado B

Tu cuerpo es mi espejo/ y en vos navego

8.- Indio Solari, Amok! Amok!
9.- The Newcomers, Since you don’t care
10.- Howe Gelb, Triangulate
11.- Florencia Ruiz y Ariel Minimal, De un sábado naranja
12.- Mark Mulcahy, Let the fireflies fly away
13.- Legião Urbana, Daniel na cova dos leões
14.- The Raveonettes, The end (The Doors)

viernes, 4 de abril de 2014

Los Mustang, "La carta" (The Box Tops)


Lo malo ha pasado/ ya me ha perdonado/ ella me ha escrito una carta

Buen día, viernes. Buen día, fin de semana. Y acá hay una canción que parece decir, claramente, buen día. La grabó Alex Chilton al frente de los Box Tops, y significó el comienzo de una larga carrera. Pero en esta versión desde la Barcelona de comienzos de los setenta de Los Mustang también suena impecable. ¡Y en castellano! No hay traducción que la arruine, parece. Acá está, encendiendo la mañana. Y ahí está, cerrando el Lado A del Música Cretina de esta semana. Por eso: buen día. 

jueves, 3 de abril de 2014

The Mountain Goats, "This year"


Me escapé un sábado por la mañana/ empujé el pedal hasta el piso

Buenos días, jueves. Buenos días, resto de la semana. Bah, restito. Voy a atravesar este año/ si es que me mata, creo que sería la traducción del estibillo de este temazo de John Darnielle, líder de los Mountain Goats. Cuando tuve la oportunidad de entrevistar a Bob Mould el año pasado, al presentarme no perdí la oportunidad de saludar a su baterista con una reverencia, refiriéndome al hecho de que era también el batero de los Goats. Fue un payasada, si, pero también había algo de verdad en el gesto. Darnielle me parece el autor de canciones más importante dentro del nuevo rock, cabeza a cabeza con Will Oldham,  y eso hay que respetarlo. Y difundirlo. Como ejemplo baste un tema como este, uno de los clásicos –y más accesibles-- de su catálogo, que resultó  ideal para reabrir el no-programa de esta semana, después de un comienzo tan Dylan Social Club. Pasen y escuchen. Y difundan, claro.  

miércoles, 2 de abril de 2014

Peter Hammill/Gary Lucas, "Spinning coins"


La vida pudo haber sido/ tan diferente

Suena el mejor Hammill y además es un Hammill nuevo. ¿Qué más se puede pedir? Por culpa de Walter Jakob y Agustín Mendilaharzu, cada vez que escucho a Hammill pienso en La edad de oro, su obra de teatro. Pero no siempre fue así. Antes pensaba en heridas de amor, en separaciones, en chicas que no están o que directamente nunca fueron. Con discos como Over, The Future Now o directamente la compilación Love Songs, ¿qué se puede esperar? Para mi Hammill es la confirmación de que Nick Hornby tenía razón: las canciones tristes están antes que el recuerdo triste, y si uno crece escuchando esa clase de canciones, terminará buscando recuerdos que se amolden a ellas. Todo bien con el Hammill sinfónico, pero yo prefiero al que demuestra saber hacer canciones. Y letras desgarradoramente honestas, sobre ese tema tan deshonesto –con el otro, pero también con uno mismo—que es el amor. Mirá, dijo ella/ hay alguien más. Así arranca el disco que Hammill acaba de editar con Gary Lucas. Sí, el guitarrista del último Captain Beefheart, pero también el que supo alguna vez hacer canciones con Jeff Buckley. Un tema que suena tan bien en este nublado miércoles feriado. Y que también se puede escuchar casi cerrando el Lado A del Música Cretina de esta semana.

martes, 1 de abril de 2014

Suzanne Vega, "I never wear white"


Nunca me visto de blanco/ blanco es demasiado cegador/ siempre recordando/ a los inocentes que caen

Buenos días martes, buenos días sol, bienvenido otoño de regreso. Y bienvenida de regreso también Suzanne Vega. Después de siete años sin nuevo material –se pasó todo este tiempo regrabando sus viejos temas--, acá está de regreso una de las mujeres más inclasificables del... ¿folk? A juzgar por su hermoso primer disco, se la puede considerar como la última cantante del Greenwich Village, pero aquí ya la conocimos más pop, por Solitude Standing, el disco de Luka. Después se fue electrificando más, como en esa obra maestra que es 99.9 F, y a partir de entonces se fue diluyendo lentamente. Tal vez eso responda a su casamiento con Mitchell Froom, productor de moda en los 90, lleno de ruidos industriales. Y su regreso, digamos, al hecho de haberse separado, y casado con un abogado. Después de todo, regrabó sus canciones para no depender de los dueños de sus viejas grabaciones. Y no debe ser casualidad que este nuevo Tales From the Realm of the Queen of Pentangles haya sido producido de manera independiente, y sea distribuido en los EE UU por el sello de Aimee Mann. Con nada menos que Tony Levin en bajo, Nunca me visto de blanco suena en esta luminosa mañana de martes. Y también en el Lado A del aún flamante Música Cretina de esta semana...